Esta semana, en Granada, un hombre se ahorcaba una hora antes de que el banco desahuciara su vivienda. En la planta baja de dicha vivienda tenía su papelería, el negocio con el que se ganaba la vida. También embargada. Su vida y su trabajo en manos de estafadores subvencionados por un gobierno al que este señor mantenía con sus impuestos. Porque nadie debe engañarse, el dinero con el que se rescata a los bancos es el dinero que yo y todos ustedes aportamos mediante impuestos.
Según la coordinadora de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), Ada Colau, de enero a marzo se han producido en España un total de 46.559 desalojos forzosos por vía judicial. 517 al día.
Me extraña, o quizás no tanto, que un gobierno que dedica miles de millones de euros a rescatar un banco, siendo este uno de los principales culpables de esta crisis, dedique tan pocos recursos a que los ciudadanos que les pagan el sueldo no se vean en la calle.
Y no les basta con dejarte sin vivienda, sino que además, si el valor actual de tu vivienda no es igual o superior al de la deuda pendiente, te obligan a pagar un préstamo por el valor restante. Esto último, en connivencia con los partidos mayoritarios PSOE y PP.
¿Creen que miento?, IU, ICV-EUiA y CHA presentaron en el congreso una iniciativa para que, ante una situación de insolvencia, el banco aceptara la entrega de la vivienda como pago, sin otras obligaciones. Pues bien, la propuesta fue rechazada. El PSOE se abstuvo y el PP, como no podía ser de otra forma, votó en contra.
Así que, mientras nuestros impuestos van a parar a manos de los culpables de esta crisis, 517 familias se ven a diario en la calle, sin casa, sin trabajo y sin futuro.