San Juan marca un antes y un después, no precisamente su figura como apóstol sino la festividad que le rodea. Con él arranca el verano, los primeros baños, olor a crema solar, niños de vacaciones, casita en la playa, las barbacoas y es que nos sobran los motivos para encender el carbón y llamar a la familia o amigos. En el siguiente post vamos a intentar transmitir cómo deberíamos plantear una barbacoa saludable, divertida y que no perjudique a nuestra salud.

Mientras se enciende
Es muy común, que mientras el experto en fuegos del grupo realiza su labor el resto comience a tomar lo que se llama el aperitivo o coctel inicial. En este no faltan los snacks variados, así como sus respectivas bebidas alcohólicas. El resumen de esta primera etapa es que aun no ha salido humo de la barbacoa y tú ya te encuentras con dos cervezas y media bolsa de ganchitos en tu estómago.
¿Solución? → Podemos poner bol con ensaladas atractivas y unas jarras de limonada casera con hielo para abrir boca y así calmar un poco la ansiedad previa de forma saludable.

Durante la hora de la verdad
Si escuchamos barbacoa nuestra mente se va a carne, salsas, pan y alcohol; debemos pensar que existen diferentes alternativas a la bomba calórica y carente de nutrientes citada. Existe vida más allá de este tipo de planteamientos a la hora de realizar estas comidas, nuestra composición corporal y salud lo agradecerá.
¿Solución? → Comenzar con una parrillada de verduras incluyendo pimientos en tiras, berenjena en rodajas, espárragos trigueros, calabacín e incluso mazorcas de maíz. A continuación, no siempre tenemos que recurrir a la carne ya que podemos usar pescados como la sardina o el calamar y en el caso de que usemos carne optar por la más magra.

Y llega la sobremesa
Aquí los postres vuelan, siempre hay hueco para la bandeja de cristal llena de tiramisú que trae el cuñado/a.
¿Solución? → Fruta de temporada, poner sandía o melón picado de postre sería el broche final a un almuerzo o cena de este tipo.

Conclusión
Este tipo de encuentros familiares o de amigos es una buena opción cuando está bien pautado, siempre y cuando existan un poco de control. Lo que ocurre en nuestra sociedad es que no se concibe asistir a este tipo de comidas con otro fin que no sea el de no poder ni respirar del homenaje que nos pegamos. Espero que nos sirva de ayuda y a nuestra próxima barbacoa le podamos dar un enfoque diferente al cotidiano.