Solo hay que darse una vuelta por cualquier supermercado para comprobar que la Navidad ha vuelto a colarse en los lineales cuando el calor prácticamente acaba de irse. ¿Por qué no aprovechar este impulso para planificar las fiestas con tiempo? Y qué mejor forma de felicitárselas a nuestros amigos, familiares o clientes que con una tarjeta personalizada. ¿Quieres que te demos algunas ideas? ¡Sigue leyendo!
Vuestro equipo, la mejor carta de presentación
Si estás a cargo de una empresa o establecimiento comercial, mantener la fidelidad de tu cartera de clientes es cada vez más complicado en un mundo donde la competencia no deja de crecer. Por eso, en los últimos años se ha observado una tendencia al alza: la de enviar en Navidad tarjetas de felicitación en las que aparezca una imagen del equipo que compone vuestra empresa. Es una forma sencilla y entrañable de reivindicar lo humano en una época donde, a golpe de clic, podemos disfrutar de numerosos servicios justo en la puerta de casa, sin plantearnos que detrás hay personas que hacen esto posible. De este modo, no solo recuerdas a tus clientes lo que ofrecéis y sois, sino quiénes sois. Si le añadís un toque navideño y festivo, ¡mucho mejor!
Logotipo con un toque navideño
Si lo permite la carta de colores en torno a la cual gira tu logotipo, prueba a añadir unos toques estratégicos en rojo y dorado a tu logotipo, o bien a decorarlo con nieve (bien acumulada, bien en forma de copos), motivos navideños o detalles minimalistas, como estrellas con estela. En caso de que vayas a enviar un número elevado de tarjetas, es normal que no quieras escribirlas todas a mano. Así pues, escoge una tipografía que concuerde también con tu imagen corporativa, pero que sea legible en cualquier caso.
En el caso de las felicitaciones de empresa, también se puede añadir un pequeño toque extra que contemple el aspecto de la fidelización. Por ejemplo, en el reverso puede indicarse cómo contactar a través de las redes sociales, o bien incluir un código QR, mejor aún si es sorpresa y conduce a una promoción o descuento no desvelados en la propia tarjeta de felicitación.
Fotos familiares divertidas: para los más cercanos
También en el ámbito familiar es cada vez más común personalizar las felicitaciones, en lugar de adquirir las que se pueden encontrar en grandes almacenes o papelerías. Es una forma de hacerlas más nuestras, menos frías, y «regalar» una imagen tierna o divertida, bien de nuestra familia al completo, bien de los más pequeños, a las personas más cercanas. Si, además, conseguimos que los niños de la casa añadan su toque personal con pintura de dedos o escribiendo, si ya saben hacerlo, alguna dedicatoria para los destinatarios, seguro que les arranca una sonrisa como mínimo.
Aunque parezca que lo digital se ha impuesto en todos los ámbitos, a todo el mundo le gusta recibir una tarjeta de felicitación que lo haga sentirse querido y apreciado. Con estas ideas, tanto si las imprimes a título personal como si te decides por ellas para tus felicitaciones corporativas, seguro que este año logras un impacto mucho mayor.