El pasado jueves, la congregación de las Esclavas de la Santísima Eucaristía celebraron en el Santuario de Nuestra Señora de Gádor el noventa aniversario fundacional de su convento. La efeméride se celebró el día que se cumplía 90 años desde la llegada de la Madre Trinidad a Berja. Desde entonces, la vida del convento ha tenido que superar distintas pruebas, la más dura de ellas durante la guerra, donde las religiosas tuvieron que huir ante la amenaza mortal del conflicto y la destrucción del mismo junto con el santuario y la imagen de la Virgen de Gádor.

El alcalde de Berja, José Carlos Lupión, asistió al acto donde felicitó a las monjas por sus noventa años de estancia en el municipio y recordó que «desde hace casi un siglo las monjas de la ermita han sido unas vecinas más de nuestro pueblo, han conocido a nuestros paisanos, han cuidado de nuestra Virgen, han educado a nuestros hijos, nosotros las hemos tenido por miembros destacados de nuestra sociedad…, en definitiva, se han convertido en unas virgitanas más, que, tras su paso por este convento, se han llevado consigo el cariño de los hijos de esta tierra, a la par que han dejado una huella imborrable entre nosotros».