La Policía Local de Berja inicia este lunes 6 de diciembre una campaña especial de controles de alcoholemia y consumo de estupefacientes al volante, en colaboración con la Dirección General de Tráfico y que se prolongará hasta el próximo 12 de diciembre
Estas verificaciones serán realizadas por los agentes de la Policía Local, instalándose los puntos de control en distintas vías de la ciudad. El alcohol está presente en un tercio de los accidentes mortales que se producen como factor concurrente o desencadenante. Conducir bajos sus efectos multiplica, dependiendo de la tasa, entre dos y 15 veces el riesgo de sufrir un accidente y además está vinculado con lesiones más graves. A medida que la concentración de alcohol en la sangre aumenta en el conductor, la tasa de incidencia de accidentes también se incrementa.
El alcohol no sólo provoca una mayor siniestralidad sino que también repercute en una mayor mortalidad, al ser un factor relacionado con un peor pronóstico en las lesiones sufridas.
Actualmente la ingesta de alcohol representa la segunda causa de accidentes, sólo por detrás del exceso de velocidad. Por eso la única tasa de alcoholemia segura es 0.0%, ya que incluso las tasas situadas dentro de los márgenes legales permitidos incrementan el riesgo de sufrir un accidente.
Aparte del alcohol, algunas personas conducen tras haber consumido sustancias psicoactivas (drogas de abuso), que pueden afectar la capacidad para una conducción segura. El consumo simultáneo de sustancias, que se ha demostrado como un comportamiento de extremo riesgo vial, es comparativamente frecuente en España. El cannabis (THC), la cocaína, las anfetaminas y las metanfetaminas son las sustancias que más se detectan.
Aunque la concienciación ciudadana respecto del consumo de alcohol durante la conducción mantiene una trayectoria ascendente, no ocurre lo mismo con las drogas y persisten determinados hábitos de consumo en algunos sectores, más notorios en zona urbana, y especialmente durante la celebración de esta época del año, la Navidad.
El alcohol y las drogas también suponen un riesgo para los peatones, como usuarios de la vía que conviven con diferentes vehículos. Menor percepción o percepción equivocada de su entorno, pérdida de visión y mayor asunción de riesgos son consecuencias que se derivan de la ingesta de alcohol o de drogas, aumentado la posibilidad de sufrir un atropello.