La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a penas que suman cuatro años, tres meses y un día de prisión a un hombre de 34 años que amenazó a punta de pistola a su pareja durante una discusión que tuvo lugar en el domicilio de él, en Balanegra, y la empujó por unas escaleras contra el suelo tras propinarle un «fuerte golpe», lo que ocasionó que la víctima, entre otras lesiones, perdiera un diente.

Una vez que estaba en el suelo, L.J.V.G. continuó apuntándole con la pistola y «dándole patadas» hasta que ella, aprovechando que él «se daba la vuelta para manipular» el arma, intentó escapar, momento en el que el acusado logró «cogerla por el cuello del jersey que vestía y la volvió a golpear». Finalmente, la víctima pudo salir a la calle y montarse en su vehículo y huir.

La sentencia de la Sección Tercera considera a L.J.V.G. autor de un delito de amenazas graves por el que le impone 15 meses y un día de prisión, y de otro de lesiones agravadas que pena con tres años de cárcel, con lo que se aviene a lo solicitado por la Fiscalía que, en el trámite de informes, modificó su escrito provisional en el que pedía diez años de prisión.

«No me vas a joder la vida»
En el relato de hechos probados, el tribunal recoge que, a las 10,00 horas del 3 de febrero de 2014, cuando ambos estaban en el dormitorio de la casa de él, se inició una discusión en el transcurso de la que, el acusado, «con ánimo de amedrentar a su pareja», sacó «un arma corta con el mango envuelto en cinta aislante blanca con la que le apuntó en la frente al tiempo que le decía: tú no me vas a joder la vida, te voy a matar».

A continuación, según indica, la víctima le dijo «qué haces, estás loco» e intentó quitarle el arma sin lograrlo, tras lo que L.J.V.G., «con ánimo de atentar contra su integridad corporal, le propinó un fuerte golpe, la empujó por las escaleras y, una vez allí, continúo apuntándola con el arma y dándole patadas diciendo: me estás jodiendo y ahora vas a sufrir».

Cuando ella intentó escapar, la cogió del cuelo del jersey que llevaba puesto «fuertemente», por lo que la víctima gritó: «me estás ahogando, me estás ahogando». Como respuesta, el acusado le contestó: «es mejor que te vayas, pero que te vayas arreglá» y la volvió a golpear hasta que ella pudo salir a la calle y coger su coche.