La de Virtudes es una historia con final feliz. La semana pasada sufrió un accidente de tráfico en la carretera que enlaza los municipios de Berja y Adra, a la altura de Fuentes de Marbella, que le obligó a permanecer más de 20 horas atrapada en su vehículo. Tras precipitarse por una altura de 30 metros, estuvo oculta bajo la vegetación del río Adra durante todo el día. Los bomberos consiguieron rescatarla de madrugada.
El siniestro tuvo lugar el 8 de agosto a escasos 100 metros de distancia del cortijo donde reside Virtudes. Eran las siete de la mañana. La coincidencia en el tiempo de un despiste y un posible fallo en el freno de mano provocaron que su vehículo cayera hasta el río Adra. Virtudes, que viajaba con su perro, quedó atrapada por el cañaveral que acumula el cauce del río y su coche, oculto entre la maleza.
Pasado el día sin saber nada de esta mujer que ronda los 60 años de edad, su familiares comenzaron a preocuparse. El teléfono les indicaba que se encontraba ‘apagado o fuera de cobertura’. Aunque las distancia que los separaba era escasa, los nervios iban en aumento. Finalmente, fueron los ladridos de su perro los que alertaron al resto de perros que conviven en el cortijo de Virtudes y orientaron a su familia hasta encontrarla. Eran las once de la noche.
Siete efectivos del Parque de Bomberos del Poniente se desplazaron de inmediato al lugar preparados para afrontar un «aparatoso» rescate en el que también colaboraron agentes de la Guardia Civil y miembros del 061. Debido al tiempo que Virtudes llevaba encerrada, se descartó usar un helicóptero para la evacuación y apostar por una «vía más rápida». «No había ningún camino de acceso al río y tuvimos que ir partiendo las cañas que nos íbamos cruzando hasta alcanzar el vehículo que estaba en un cauce bastante ancho y, después, quitar todas las que cubrían el coche con especial cuidado para no clavarnos alguna», explica Serafín Pedrosa, miembro del Parque de Bomberos del Poniente. Un cuidado que también tuvieron que extremar para sacar a la conductora del vehículo donde llevaba casi 20 horas encerrada.
Comenzó, entonces, la segunda parte del dispositivo: trasladar a la víctima en camilla a lo largo de una pendiente que en línea recta medía 60 metros. Su peso, que roza los 100 kilos, complicó aún más el rescate. «Se usaron cuerdas de tracción y de seguridad así como los dos camiones que estuvieron estacionados en la carretera donde se produjo el siniestro», detalla Pedrosa. Aunque en el traslado apenas se empleó una hora, el rescate completo se desarrolló entre la una y las cuatro de la madrugada. «El vehículo siniestrado no podrá salir de ahí», concluye.
La oscuridad de la noche, el difícil acceso al lugar, el exceso de cañaveral que registra el río Adra y el peso de Virtudes dificultaron un rescate cuyo resultado ha sido gratificante para las personas que se volcaron en auxiliar a esta virgitana que, aunque con una fisura en las costillas, se encuentra bien.
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