La Beata Josefa Ruano García nace en un hogar de la calle Pago de Berja formado por Antonio y Mª Ramona. Ingresa en la recién estrenada Congregación de Hermanitas de los ancianos Desamparados el 8 de diciembre de 1877.

La constante hostilidad anticristiana durante la II República se generaliza tras el levantamiento militar de julio de 1936. En Requena, los milicianos se incautan del asilo, en perjuicio de los ancianos. Impedidas de atender a los viejecitos, Josefa (82 años) dispone la dispersión de la comunidad, consiguiendo poner a salvo a cinco religiosas, pero a ella, a Sor Dolores Puig (79 años) y a Sor Gregoria Pérez las detuvieron a finales de agosto, mientras esperaban ocasión de marchar. Ilegalmente retenidas, estaban condenadas a muerte, sin juicio y sin defensa, sólo por ser religiosas. Fueron sometidas a malos tratos varios días, hasta el 8 de septiembre. Las sacaron en un coche. Intentaron apartar a la más joven, pero no pudieron separarlas. Más adelante, a la altura de Buñol, las fusilaron.