El 25 de enero de 1930, a las nueve de la noche, todos los concejales del Ayuntamiento de Berja dimitían en bloque. Fundamentaban su dimisión en los cuatro años que llevaban de incesante labor, «estando necesitados de descanso».
El gobernador civil nombró 15 concejales para sustituir el Ayuntamiento y que eligieran un nuevo alcalde.