A plena luz del día, a las puertas de la Jefatura de la Policía Local de Berja y con una aparente impunidad, un grupo de jóvenes abordó el coche patrulla de la Guardia Civil a patadas. Los vándalos se subieron sobre el vehículo y provocaron destrozos en el parabrisas y el puente (dispositivo de luces y sirena ubicado en la parte superior).
El caso data de agosto de 2014, tras los altercados que se produjeron a las puertas de los Juzgados tras el traslado de Hamid, el presunto asesino de Mari Carmen. El Juzgado de lo Penal número Tres de Almería condenó a un varón por un delito de daños contra el patrimonio y la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Almería ha ratificado recientemente la sentencia desestimando el recurso de la defensa.
El único acusado por los actos vandálicos es un joven identificado por un miembro de la Policía Local de Berja y, aunque la investigación acredita la existencia de otras personas en el ‘abordaje’ de la patrulla, sólo él se sentó en el banquillo como presunto autor de los destrozos.
Según la sentencia, junto con otros individuos no identificados y con la intención de causar un perjuicio en el patrimonio ajeno, comenzó a golpear el vehículo del cuartel de la Guardia Civil de Berja». El incidente se produjo en la Plaza de la Constitución, sede de la casa consistorial (el cuartel está localizado en otra zona del municipio, en la Plaza de Castilla).
La sanción
No constan en la sentencia los motivos del ataque, pero sí cierto ensañamiento con el coche. «(Golpeó) en repetidas ocasiones subiéndose incluso al capó y al techo del mismo, y llegando a intentar arrancar el puente y los limpiaparabrisas, causando desperfectos diversos en los efectos reseñados», indica el tribunal.
La Abogacía del Estado se presentó como acusación en representación del Ministerio del Interior, como parte perjudicada por los daños en la propiedad. Un perito tasó los estragos en 2.100 euros, si bien el tribunal sólo admitió destrozos por 1.000 euros y minimizó las responsabilidades civiles.
El tribunal impone una multa de 1.400 euros «como autor criminalmente responsable de un delito de daños». El juez alude de forma directa a la declaración de un testigo de cargo, el agente de la Policía Local que identificó sin «la más mínima incertidumbre» al acusado. «Es la persona que causó los desperfectos en el vehículo policial subiéndose intencionada y maliciosamente al capó y al techo del mismo e intentando incluso arrancar el puente y los limpiaparabrisas», añade.
«Es obvio que el acusado pisoteó y golpeó el vehículo de la Guardia Civil, no por mero descuido sino de forma voluntaria, de manera que los daños causados son consecuencia directa de la actuación llevada a cabo por el sujeto», concluye.