padre tapia exposicionDice el refrán que ‘es de bien nacido ser agradecido’ y Berja lo es. Coincidiendo con el aniversario de su nacimiento, la localidad ha rendido un sentido homenaje a la figura del padre Tapia por convertir su pasión por la historia en un referente historiográfico en la comarca de la Alpujarra. Sacerdote por convicción e historiador por vocación, Tapia también ha dejado huella en una provincia que, 22 años después de su muerte, aún lo extraña.

El pasado 14 de mayo se cumplieron cien años de la llegada al mundo de José Tapia Garrido, natural de Abla. Una fecha que no ha pasado desapercibida para el Centro Virgitano de Estudios Históricos que ha aprovechado la ocasión para recordar el papel de este ilustre almeriense a través de un ciclo de conferencias. La iniciativa concluyó el pasado jueves con una mesa redonda coordinada por su director, Antonio Campos, y el descubrimiento de una placa con su nombre en la Placetilla de las Monjas donde residió durante su estancia en Berja, entre 1957 y 1968. Una etapa que le sirvió para publicar una de sus obras más reconocidas: ‘Historia de la Baja Alpujarra’.

Su hermana Conrada, a sus 92 años, presenció emocionada este sencillo tributo que Berja ha querido rendir al también nombrado cronista oficial de Almería. Un homenaje póstumo que se ha planteado desde diversas instituciones y organismos, pero que finalmente ha materializado el Centro Virgitano de Estudios Históricos.

Historiadores de la provincia, profesores de la comarca del Poniente y vecinos en general han recordado con respeto y admiración al que muchos consideran «el puente entre los cronistas del siglo XIX y los historiadores universitarios de la sociedad actual».

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