Los novillos de Lola Domecq, enormes de todo, presentación, casta,  poder y juego. Yo diría que hasta en belleza cumplieron con largueza; el más en todo, el lidiado en tercer lugar, más guapo no podía ser, ni más bravo tampoco, mereciendo la vuelta al ruedo que le fué concedida.

Javier Jimenez, mejora notablemente a lo largo del Certamen, presentándose en la final bastante cuajado, intercalando tremendismo con un toreo reposado y firme. Perdió la orientación en algún momento, puede que por la excesiva intervención, yo creo que prevista en programación, sobre el novel durante el transcurso de las faena, de su maestro Espartaco “padre”. Dos orejas en su primero, y del segundo pudieron ser otras dos, si hubiere conservado la serenidad en el tramo final, por lo que se quedó en vuelta.

Adolfo Ramos, para mí el novel con más futuro en la actualidad. Está convencido del Toreo que ha de desarrollar a lo largo de su carrera. Aunque no anda suelto con el percal, todavía sus esclavinas tienen demasiada tensión, es con la muleta como ya le vimos en Huescar, donde se afianza, liga, para y manda (ya con bastante temple) convirtiendo el recorrido del novillo, uno y otro, en la consecuencia del concepto claro que tiene del Toreo. Valor sereno, andar pausado, la mente clara. Estoconazo contrario al atracarse y oreja, en su primero; en el segundo, el único con dificultades de lidia, fuerte y muy suelto, falla a espadas, para tras aviso, vuelta al ruedo. Quiero volver a verlo. No olviden este nombre. Fernando Cámara, vocea también a su pupilo, más en el ánimo que con argumentos técnicos.

Angel Jimenez, es el ganador. Lo va a ganar todo, mientra participe en este tipo de certámenes. Se siente torero, y eso es imparable. El mejor del encierro -yo me lo hubiera llevado a casa- de todo con percal y muleta, con orden y una dosis de arte de buen nivel; valor seco y entregado, rematando los muletazos, pese a su poca andadura, atrás como le exigimos a los matadores, ya instalados que se lo ahorran. Muy bien en este su primero al que corta dos orejas y rabo, ejecutándole una estocada de la que sale “rodao”. El segundo, fuerte, de dos varas hubiera necesitado, debió rondar las veinticinco arrobas en canal, al que Don Adrián (es el presidente de ayer y hoy) “espacha” con cuatro palos, por lo que a mediada la faena se viene arriba y Angel Jimenez entrega lo que tenía, acabando estenuado y maltrecho; tenía mucho poder ese tren que tenía delante; no lo mato bien, pero no le falto una oreja más en su esportón. Pepe Luis Vargas, debe restarle pasión a la que pone el torero. Ganó merecidamente el Concurso.

Opinión y toros

Firma: José Olid