Un trabajador del ayuntamiento de Berja está a la espera de que se cumpla la sentencia de readmisión inmediata ordenada por un juzgado tras el despido, declarado improcedente, que sufrió. Juan Álvaro Benavente, trabajador fijo laboral que llevaba once años en servicios de mantenimiento del Patronato Municipal de Deportes, denunció que tras

la entrada en el equipo de gobierno del PP estaba sufriendo acoso laboral por parte del gerente de la entidad, llegando la situación a provocarle la necesidad de ponerse en tratamiento psicológico y a pedir la baja por depresión.

En el juicio el despido fue declarado improcedente ordenándose la readmisión inmediata en el lugar de trabajo. Al no haberse ejecutado aún la sentencia, que ha sido recurrida por el equipo de gobierno, lleva varios meses sin ingresos y sin poder trabajar y no descarta que puedan pasar un par de años hasta que se resuelva su caso. «Sólo quiero volver a trabajar y que me dejen en paz», afirmaba a este periódico, argumentando que «llegaron a bajarme el sueldo 155 euros al mes porque decían que cobraba demasiado y había que equipararse a los demás, y a darme sólo la mitad de una bolsa laboral que me correspondía. Una vez me llamaron fuera de mi horario de trabajo para que sacara una bolsa de basura y me cambiaban de turno. Me abrieron expediente y dijeron que todo lo que se decía en el expediente era verdad, así que yo les denuncié por acoso laboral».

Benavente afirma que nunca había tenido problemas con ninguna corporación comenzando con el equipo de gobierno de Antonio Torres, sin explicarse las causas por las que decidieron prescindir de él, «poniendo en mi lugar a una persona afín a ellos políticamente. Aquí todo son enchufados, como en la residencia de ancianos, en la que han metido a trabajar a todos los del PP. Cuando empezaron los problemas yo no era de ningún partido ni sindicato, pero a raíz de mi situación me afilié a UGT, donde me asesoraron y me dijeron que podía denunciarles por acoso laboral».

Asegura con tristeza que «llevo varios meses sin ingresos porque no puedo trabajar y además no puedo hacerlo porque tengo miedo de que me vean trabajandome han destrozado la vida. Yo tenía un trabajo fijo, era feliz, con un sueldo digno, y me había hipotecado y comprado un coche, y ahora me encuentro en esta situación. Llevo más de cuatro meses sin ingresos, aguantando sólo con lo de mi mujer y esperando a que me readmitan y se cumpla la sentencia».

Fuente: El Almeria