No es un capricho, es una cuestión de seguridad de las personas. Por eso lleva ocho meses cerrada al tráfico la carretera A-347, que une Adra y Berja, mejor dicho, la costa con la Alpujarra. Los técnicos de la delegación de Obras Públicas y Vivienda desde los primeros corrimientos de tierra y taludes, entre diciembre y enero, aconsejaron cerrar la vía «porque el temporal provocó daños muy fuertes, caían grandes bloques de piedra (‘bolos’) que además de dañar y agujerear la calzada pasaban al otro carril e incluso dañando el quitamiedos», según Alejandro Ruiz, jefe de carreteras.
Los técnicos, junto a la delegada de Obras Públicas, Ana Vinuesa, quisieron ayer mostrar a los medios de comunicación «porqué no se abre la carretera, como han pedido los alcaldes de Adra y Berja. La Junta de Andalucía solamente está primando la seguridad de las personas y os hemos querido traer aquí para que veáis qué le pasa a la carretera y hablar de plazos, porque seguimos trabajando con la intención de solucionar los problemas más graves y poder poner en funcionamiento al menos un carril, pero lo importante es transmitir al ciudadano una sola voz y no confundirle, por encima de todo está su seguridad», argumentó la delegada.
Buenas noticias
Por su parte Carlos Camacho, gerente de GIASA, informó de la adjudicación de las obras por 1.970.000 euros a la empresa UCE 10, tras un expediente de emergencia.
«Las obras comenzaron el 15 de agosto y tienen un plazo de ejecución de seis meses. La intención es abrir la carretera antes de Navidad, si la meteorología lo permite, aunque continúen las obras hasta febrero, pero antes se debe garantizar que no habrá desprendimientos», anunció el técnico. Como ya adelantó la semana pasada IDEAL, se prevé hacer 21 actuaciones en cinco kilómetros, aunque esté cerrado desde el 1 (a la altura de Río Chico, desde donde se puede coger una ruta alternativa a Berja) al 8. Las obras se centrarán en la limpieza de taludes y reparación del firme así como refuerzo de muros y terreno.
«El motivo de no abrir la carretera es porque aún existe peligro de desprendimientos y se pueden formar grietas como las del mirador, debajo del que las máquinas están trabajando para reforzar la base, con un muro de escollera y será necesario poner unos 15 pilotes de 17 metros de altura para sostener la carretera», argumentó Camacho. Desde enero que se cerró la vía hasta agosto que comenzaron las obras se ha estado trabajando en los estudios geotécnicos «con ensayos de campo y de laboratorio, para analizar los desprendimientos, el terreno, y encontrar las mejores soluciones», según informa Ruiz. Ataviados con chalecos reflectantes y en vehículos de la delegación, los medios pudimos comprobar cómo en el mirador la vía queda interrumpida por una grieta que ha provocado un desnivel de unos 20 centímetros, o cómo a pesar de que en un principio los técnicos pensaban que no se habían producido más desprendimientos desde enero sí los ha habido e incluso las grandes piedras han roto el quitamiedos e invadido los dos carriles en algunos puntos del recorrido. Hace ocho años se colocó un muro de escollera y una malla para retener los pedruscos, pero en varios puntos no han resistido y habrá que limpiar el talud y poner una defensa con mayor resistencia. «No va a ser un lavado de cara, esta obra es de emergencia y compleja. Se ha tardado por hacer los estudios necesarios, no porque no hubiera fondos. Se le está haciendo lo que se le tiene que hacer», sentencia Vinuesa.
En cuanto a la obra para reforzar el muro de escollera en un lateral de esta misma carretera, pero a la altura de Alcolea, la obra ya se ha finalizado.

Fuente: IDEAL