El Juzgado de lo Penal 5 de Almería ha condenado por un delito de usurpación a las 13 personas que ocuparon en el Día de Reyes de 2013 una docena de viviendas unifamiliares vacías de un residencial en barrio del Cerro de San Roque, en Berja, y contra las que interpuso denuncia la entidad financiera que financió la promoción inmobiliaria.
El fallo impone, asimismo, a siete de ellos una multa de 130 euros por una falta de daños y dispone que abonen en concepto de responsabilidad civil cuantías que oscilan entre los 26,46 y los 417,96 euros por los desperfectos que se ocasionaron en las puertas para forzar el acceso.
Los 13 acusados mostraron conformidad en el acto de juicio con la pena interesada por la Fiscalía, que solicitó penas de multa de tres meses a razón de tres euros al día por un delito de usurpación, y después de que la entidad financiera denunciante renunciase a reclamar indemnización.
La sentencia, a la que tuvo acceso Europa Press, recoge que las familias, «actuando guiados por la intención de residir con permanencia» y a «sabiendas de que no estaban habitadas», se introdujeron en 12 viviendas unifamiliares ubicadas en la barriada del Cerro de San Roque virgitana y se «mantuvieron allí».
Indica que lo hicieron en fechas «anteriores al 9 de enero de 2013 y «sin contar con el consentimiento» tanto de la mercantil propietaria de la promoción inmobiliaria y de la entidad que la financió.
Las viviendas no habían sido habitadas y permanecían cerradas desde que concluyese su ejecución dos años antes, tal y como reveló cuando se produjo la ocupación, el alcalde de Berja, Antonio Torres, quien precisó que la denuncia se interpuso aunque la entidad financiera no se había hecho aún con la propiedad efectiva de las casas al no poder formalizar una dación en pago.
Los ocupantes de las viviendas, vecinos del municipio, argumentaron en su día que no podían acceder a la compra de una vivienda y que habían decidido iniciar el mismo Día de Reyes el traslado de sus enseres y algo de mobiliario. El regidor aseguró eran «familias buenas y de toda la vida que se han quedado sin trabajo».
El promotor, un empresario de Roquetas de Mar, no logró vender las casas, por lo que permanecían cerradas mientras trataba de negociar una dación en pago con la entidad, a la que solicitó un crédito para financiar la construcción.