Nos encontramos en las condiciones meteorológicas ideales para hablar de este plato típico de la gastronomía virgitana. Y es que es nublarse un poco la Sierra de Gádor y las existencias de sémola de trigo comienzan a flaquear en los comercios locales. ¿Quién no se ha comido unas buenas migas un día de lluvia? ¿Quién no ha quedado con sus familiares en el cortijo para hacer una paila de migas?

Migas de BerjaY es que a pesar de ser llamadas también “migas de pastor” (las que se hacían con las sobras de pan duro del día anterior), en el sudeste peninsular las hacemos con sémola de trigo y nos quedan… ¡de muerte!

Si quieres saber más acerca de las propiedades nutricionales de este viejo conocido de la gastronomía rural te invito a leer el resto del post.

Las migas como alimento
Desde un punto de vista nutricional, la sémola de trigo (endospermo de trigo duro) carece de alguna propiedad interesante, más allá de ser una fuente de hidratos simples. Pero las claves de este plato nos la dan sus acompañamientos y es que se pueden ligar con infinidad de alimentos.

¿Qué rodea a las migas?
Es escuchar: “acompañamiento para las migas” y por nuestra mente pasan platos de costilla, longaniza, tocino, boquerones, pimientos, berenjenas, etc. Todo esto frito, por supuesto, vaya a ser que no nos alimente.

Las migas pasan a ser una buena opción gastronómica cuando lo que rodea a nuestro plato son: habas, tomate picado, aceitunas, pimientos, berenjenas y cebolla asada, boquerones y sardinas a la plancha, naranja, uvas y melón por ejemplo. Lo positivo es aprovechar las posibilidades que nos dan las migas para introducir una buena ración de verdura, fruta y pescado.

Por lo tanto aprovecha estos días pasados por agua para cambiar el enfoque que tenías hasta ahora, que las migas sean una guarnición y lo principal sea su acompañamiento saludable.

Conclusión
A la pregunta, ¿las migas engordan? La respuesta es que no, siempre y cuando la ración de estas sea normal y su acompañamiento pase a ser el citado arriba. El problema es que le echamos la culpa a las migas cuando a estas las rodean alimentos fritos y de nulo aporte nutricional, eso y que al terminar con las migas vienen postres repletos de azúcar y alguna que otra ingesta de alcohol destilado. Por lo tanto, migas sí pero bien acompañadas.