Se acerca la hora de introducirnos en el traje de baño y a algunos nos entran unos sudores fríos al sacar del cajón la ropa de verano. Comienzan a pasar por nuestra cabeza una serie de preguntas: “¿entraré en esta camisa?””Hay que ver esto que me lo compré para la boda de mi sobrina “Si no lo he hecho tan mal este año” “¿Esta talla tenía yo?” . Y bien, tras una serie de reflexiones profundas y un diálogo interior comenzamos a poner en práctica lo que yo llamo la operación “plancha + ensalada”: alimentación basada en carnes a la plancha con ensalada en el almuerzo y pescado con ensalada por la noche complementando además con lácteos desnatados, pavo y rodajas de piña.

Después de esta primera etapa viene la de hacernos amigos inseparables de nuestra báscula, porque claro, tanto esfuerzo debe verse reflejado en un número. Estamos cometiendo dos errores:

1- Seguimos un patrón alimentario nefasto, monótono y carente de nutrientes.
2- El peso es sólo un número que no nos indica nada de nuestra composición corporal.

Pues bien, esto último lo podemos explicar los nutricionistas de mil formas diferentes pero lo que la mayoría de personas observamos es que el peso no baja, nos agobiamos y comenzamos a buscar culpables y llegamos a decir frases como: “es que a mí la lechuga me engorda”,”vengo del gimnasio y peso más, ¡al carajo el deporte!.

Debemos poner solución a estos dos errores tan comunes en las épocas que corren. Si buscamos una mejora de la composición corporal y en la que nuestra salud no se vea afectada debemos ponernos en manos de un profesional que nos guíe; y si queremos llevar por nuestra cuenta un control de la progresión, debemos olvidarnos del peso y comenzar a medirnos perímetros de cintura, cadera, brazos y piernas ya que una disminución de estos si nos estaría mostrando una pérdida de volumen (%grasa corporal y visceral) con la consiguiente ganancia de masa muscular.

¿Qué puede ocurrir si nuestros perímetros disminuyen y nuestra masa muscular aumenta? Que nuestro peso total no varíe o lo haga muy poco. ¿Estamos haciendo algo mal? No, simplemente que el peso de báscula no es un buen parámetro para medir nuestra progresión.

Por lo tanto, dejémonos de excusas y seamos conscientes de que todo cambio conlleva tiempo y usar las herramientas adecuadas que no nos conduzcan a un nuevo fracaso.